miércoles, 1 de febrero de 2012

BeCo en la pista de despegue

Una está acostumbrada a que la primera piedra sea algo sólido que se entierra. Este fin de semana en The Brandery era algo mucho más etéreo, pero no por poco definido, sino porque su huella ecológica era mucho menor y la inspiración alcanzaba cotas elevadas.


Hay muchas personas, y empresas, con vasta experiencia y trabajo en esto de construir un mundo en la moda mucho más respetuoso con las personas y con el medio ambiente. Hay entidades y  creadores haciendo esfuerzos y predicando en el desierto - o en un mundo que parece ir por otro camino - para crear un consumo responsable como dice su etiqueta y con diseño en la prenda que crean o  promocionan. Pero en Barcelona la percepción era que nacía la sensación de grupo, de que esas personas, Naturoticas incluidas, no estamos solas.

En el workshop de bloggers surgieron un montón
de ideas interesantes.

La plataforma Beco (Be cool, Be concious) hacía su presentación en sociedad  invitando a productores, fabricantes, creadores, tiendas y consumidores a reunirse en charlas y conferencias con el fin de establecer lazos y líneas de actuación de cara a convencer al mundo de la moda de que otra manera de mirarla es posible. Es una plataforma de moda ética y sostenible.




Elena Salcedo y Ana Badia son las almas del recién nacido, y junto a su equipo se han encargado de generar ese movimiento cuyo murmullo subió de volumen en The Brandery. En la organización también han participado la fundación  Fabrics for Freedom que hace tareas de sensibilización entre productores y consumidores y Textile Exchange, una organización internacional que trabaja para acelerar las prácticas de sostenibilidad en la empresa textil.

Lo más reconfortante fue ver como la sala se llenaba hasta los topes a cada charla. Interés, como mínimo, suscitó. Primer paso en la catarsis. El segundo fue oir voces disonantes, en público, que están en contra de la llamada fast fashion: consumir moda lo más barata posible y que llega de las pasarelas a las perchas de la tienda en el menor tiempo posible. Ni la calidad, ni las condiciones del proceso de producción tienen importancia.


En una de las charlas, a cargo de Isabel Mesa, de WSGN, la mayor empresa mundial de tendencias, se nos decía que lo "eco" no es un nicho o una tendencia, sino ya una corriente. Ahora lo difícil es discernir quién se apunta por oportunismo, en un lavado de cara - que hay unos cuantos - y quién mantiene unos criterios de producción responsables respecto a los derechos laborales de las personas, y el respeto del medio ambiente en todo el proceso.


Nos regalaron unas camisetas con esta etiqueta

Oímos también las palabras "reducir" y "reusar" y nosotras nos reafirmamos en que ser "eco" es un estilo de vida y que el vestir tiene que acercarse más a crearse el propio estilo que a seguir modas. "El mejor certificado es la transparencia" afirmaba la firma invitada, IOU - a quién ya os hemos presentado en el blog, y que nos pareció una elección idónea -. Por ahí pasaron María Almazán, una investigadora de los tejidos, o Inés Aguilar, de La Casita de Wendy compartiendo buena energía y tesón en su trabajo que favorece al productor local y artesanal; o Macarena Gros, de Hoss Intropia, que nos hacía el listado de los cambios que están acometiendo en la empresa para hacer el giro lo más rotundo posible hacia esas premisas éticas. O Gema Gómez, de Slow Fashion Spain, una facilitadora en todo el sentido de la palabra.

Nos dejamos nombres, que nos hablaron del diseño imprescindible y de la importancia de comunicar, de la trazabilidad de una prenda, a la responsabilidad ineludible del cliente que se quiere comprar ropa. El camino es largo y duro, pero ¡vamos a por ello!


No hay comentarios:

Publicar un comentario