Estas dos fotos tienen algo en común... |
Mi abuela materna confeccionó este vestido para celebrar un acontecimiento importante: la boda de uno de sus hijos. Era una excelente modista y sombrerera, aunque, para ser sinceros, el tocado que lleva puesto no hace honor a su fama. ¿Plumas? ¿flecos? En fin, volvamos al vestido: es un brocado de seda natural lujosísimo, con tornasoles y brillos recogida en un broche delantero. Al cabo de unos años, unos veinte, mi madre se lo adaptó para una fiesta. Le acortó las mangas y lo estrechó. Le quitó el broche central y le puso unas hombreras (las adora-ba). Hace pocos meses en su casa yo le contaba que no sabía qué ponerme para uno de esos actos de compromiso a que a veces nos obliga el trabajo. Y sacó esta maravilla del armario. Yo me limité a cortarle el bajo y darle un toque más actual con un cinturón de piel.
Mi abuela me mira desde su foto y parece que le disguste el largo de su vestido, pero sé que no le importa, porque en el fondo, era muy moderna. Detrás, a lo lejos, está mi madre atisbando la escena. Y yo, en honor a ellas, me he puesto una pamela. Aunque quizás debería quitarme el sombrero...Por regalarme este vintage auténtico.
Cada vez cuesta más encontrar este tipo de tejidos en un vestido |
No hay comentarios:
Publicar un comentario