Aquí llegamos con la segunda parte del post sobre lana, y es que se podría llenar mucho más, así que que os aseguramos que habrá otro. Ahora que con el frío uno se plantea hacerse con alguna prenda de abrigo es el momento. Aunque hay que ir rastreando la información debajo de las piedras, porque no abunda la lana producida bajo criterios éticos.
Como ya os dijimos, es muy difícil encontrar lana ecológica, no sólo aquí, sino en cualquier parte del mundo, pero os queremos mostrar iniciativas que están muy cerquita de ello o que incluso lo son, como la que os mostramos ahora mismo.
Empecemos con una colección de complementos de moda que nos enamora, por su minimalismo, su buen hacer, la sensación que transmite de la perfección de la sencillez. Se trata de Teixidors, una cooperativa textil nacida en 1983 en Terrassa, Barcelona. Diseñan, fabrican y
comercializan complementos para la casa y el vestir elaborados
artesanalmente sólo con materias naturales.
Su empresa es sólida desde los cimientos en cuanto a su filosofía ética: "La base fundacional de Teixidors
parte
de un concepto único: integrar laboral y socialmente a personas
con
dificultades de aprendizaje mediante el telar manual. Una
herramienta
versátil, compleja y exigente que actúa de forma terapéutica.
La utilización de telares manuales
limita la producción, lejos de la práctica habitual de la
industria. Nuestra visión empresarial exige que las materias
sean
naturales y de la mayor calidad para adaptarse a las series
cortas de
fabricación.
Estas particularidades hacen de Teixidors un proyecto singular. En un mercado, donde la presión
competitiva es muy elevada, Teixidors ha encontrado la manera de
combinar su labor social con su actividad empresaria", nos cuentan ellos mismos. "Teixidors también es una asociación en el que un grupo de personas
trabaja en el desarrollo de una idea diferente, hacer frente a
las
carencias y aspiraciones laborales y sociales de personas
especiales,
dándoles la oportunidad de convertirse en trabajadores de pleno
derecho y socios del proyecto. Los valores de Teixidors van
mucho
más allá de los estrictamente empresariales, porque su activo
fundamental es la integración de sus asociados, en definitiva
la
calidad de vida de su equipo humano".
Les hemos preguntado por ese trabajo artesanal, y de esta forma tan explícita nos trasladan a esos talleres en los que se teje con telares de madera...
"El ambiente en el taller de Teixidors
es
de concentración. Se oye el rumor de las lanzaderas que llevan
el
hilo de la trama de uno a otro lado y el de los lizos, subiendo
y
bajando con los hilos de la urdimbre. Junto a ellos, el sordo
golpear
de los pedales de madera que mueven los lizos. Es el sonido de
los
telares fabricados en la misma cooperativa, a partir de modelos
originales de comienzos del siglo XIX. Máquinas complejas e
ingeniosas que se mueven al ritmo de la persona que los maneja,
herramientas capaces de coordinar la actividad física y mental,
ideales para estimular el desarrollo de las habilidades
psicomotrices
de personas con problemas de aprendizaje.
El tejedor, con su saber hacer, da
forma al producto: bufanda, chal, plaid, manta, cortina,
mantelería,
toalla. Un tirón preciso con la mano derecha hace pasar la
lanzadera. El batán, acompañado con la izquierda, deja la
trama
en su sitio con la presión necesaria. Los pies, igual que los
del
organista, escogen qué pedal a mover, siguiendo un orden
establecido: 4-3-4, 1-2-1... Lenta, cíclicamente, la urdimbre
se va
entrecruzando con la trama, nace el tejido. La mirada del
tejedor
comprueba la regular y rigurosa sucesión de pasadas, atento su
oído al menor desajuste, mientras sus dedos verifican la
tensión
de la urdimbre.
Después, las hábiles manos de la
repasadora comprueban, miden y pulen los empalmes de la trama,
los
nudos de la urdimbre, preparadas para reparar cualquier
alteración.
Lavadora, agua, jabón ecológico, temperatura, tiempo en el
lavado
y plancha; con estos parámetros y su experiencia, la magia del
acabador convierte todo el esfuerzo depositado en el tejido en
la
prenda final. Por último, las cosedoras se encargan de cortar,
hacer flecos y vainicas, coser etiquetas, doblar y mimar los
últimos
detalles antes de que el producto llegue al destinatario final".
Su lana procede de ganadería de Extremadura y sobre todo de Francia, de los Hautes-Alpe, de los ganaderos Manu y Corinne, donde obtienen una lana con el rizado del mejor merino que normalmente sólo se encuentra en Australia o Nueva Zelanda. Tienen un vídeo precioso, delicado y emotivo sobre la trazabilidad de la lana merino, no es en absoluto un vídeo industrial, si no que muestran una relación muy especial con Manu y Corinne de Macomerinos...
"Sí, - afirman - ha sido un proyecto que buscaba
representar precisamente esa realidad de Teixidors: la de
colaborar
con quienes vibran igual que nosotros, con quienes tienen
respeto por
las materias primas, por el medio ambiente, por el trabajo bien
hecho
y por el compromiso con las personas".
Además tejen con fibra de yak que compra a una cooperativa de ganaderos nómadas del centro de Mongolia, así como con lino, seda y cashmere.
Su carta de presentación es la que nos gusta oír: los colores de sus chales, mantas o toallas son los de la lana, marrones, blancos, grises, y los toques de color se realizan con tintes naturales. Al ser un trabajo manual no tienen apenas huella ecológica y además es un negocio que parte de la integración social. Y encima sus prendas... son bellas.
Me ha gustado muchísimo el post!!!
ResponderEliminarPobres ovejas.... cuando ya no producen lana Zas !!! Al matadero !!!!
ResponderEliminarLos humanos no necesitamos para nada esclavizar ni matar a ningún animal. Los animales no son propiedad de nadie!!! No a la esclavitud !!!!
Hola!
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