Pies naturóticos |
"Cada europea se gasta al año una media de media 100 euros en 4,2 pares de zapatos. Las españolas se sitúan en el séptimo lugar, y prefieren los modelos de cuña y suelas de corcho y cuerda, según datos dados a conocer en el informe “Dime cómo te calzas y te diré de dónde eres” de la tienda online de calzado Spartoo". Fuente: FashionUnited.
Las estadísticas también nos dicen que el 25% de las españolas poseemos más de 20 pares de zapatos.
Zapatos diseñados por Alexander McQueen |
La mayoría de nosotros, sin darnos cuenta, pasamos un proceso vital parecido. Cuando somos más jóvenes no prestamos demasiada atención al calzado, nos interesa por encima de todo la estética. A medida que nos vamos haciendo mayores, necesitamos mimar más esta parte de nuestra anatomía que soporta el peso de nuestro cuerpo. Quizá hacernos mayores implica conocernos más y definitivamente, valoramos más la comodidad.
Los pies que han sufrido en el pasado con zapatos demasiado pequeños o altos pueden desarrollar enfermedades a posteriori. Así que queremos reflexionar junto a vosotros acerca de qué es importante a la hora de calzarnos unos zapatos.
Siempre que vayamos a comprar un zapato debemos valorar varios factores: uno por supuesto es la comodidad, pero también las características del diseño, materiales y lugar de fabricación. Pensad que en el Levante español se fabrican algunos de los mejores zapatos del mundo, algunos para marcas de lujo internacional como Gucci o Loboutin y grandes marcas españolas como Pedro García o Cuplé, así que si compramos Made in Spain, mucho mejor.
Si un zapato tiene calidad, nos durará y será cómodo. Podremos repararlo e incluso transformarlo. Si tiene calidad quizá podamos reciclarlo después de algunos años en el armario.
- intentar que sea de materiales reciclados o sostenibles.
- intentar que esté teñidos con tintes vegetales
- elegir zapatos duraderos que se puedan arreglar
- siempre es mucho mejor cosidos que pegados
Si un zapato tiene calidad, nos durará y será cómodo. Podremos repararlo e incluso transformarlo. Si tiene calidad quizá podamos reciclarlo después de algunos años en el armario.
¿ Qué debéis tener en cuenta cuándo compréis zapatos ?
- intentar que sea de materiales reciclados o sostenibles.
- intentar que esté teñidos con tintes vegetales
- elegir zapatos duraderos que se puedan arreglar
- siempre es mucho mejor cosidos que pegados
- un zapato de segunda mano puede seguir en buenas condiciones para ser usado (en nuestro intercambio algunas de las chicas se llevaron zapatos estupendos ) así que si encontráis algún par que os guste en alguna tienda vintage ...no lo dudéis!!!
Por supuesto, hay muchísimas marcas éticas a las que podemos recurrir para comprar zapatos cómodos y bonitos. En España tenemos algunas que triunfan en el mundo como El Naturlista y Art, pero también existen muchas otras que os proponemos ahora mismo.
A nosotras nos gusta especialmente Olsen House y Beyond Skin , porque tienen ese punto cool y de moda que tanto predicamos. Pero también nos ponemos Terra Plana, Melissa, Toms, Sara Navarro, - a quien dedicamos este post hace muy poquito - etc..
Como nota curiosa, existe una empresa española que tiene la primera patente en el mundo en tacones intercambiables. Se llama Mossto y los tacones que se intercambian son de 4 y 8 centímetros. El hecho de que se pueda variar la altura es gracias a una horma especial flexible. Así tenemos dos pares de zapato en uno, perfectos para el día y la noche sólo cambiando el tacón.
Cada pie es diferente, pero cuando nos probamos un zapato es importante que nos apoye en su totalidad la planta del pie para repartir el peso; también es importante que no aprisione nuestros dedos o no notemos rozaduras . Una vez comprado, existen algunos trucos para ablandarlo como por ejemplo rociar el zapato con alcohol o untarlo por dentro con crema hidratante. También podemos recurrir a plantillas o pequeños parches para poner entre los dedos, en la planta o en el talón ( un truco de estilista es poner un salvaslip pegado en la zona delantera del zapato, donde apoya el pie con más fuerza ;-) )
Si con estos pequeños trucos todavía sentís que el zapato sigue siendo incómodo, podéis recurrir a cualquier rápido. Los zapateros tienen unas máquinas para ensanchar la horma. No subestiméis a estos profesionales, porque además de sustituir las tapas de los tacones, también nos pueden ayudar a hacer pequeñas transformaciones: pueden cortar el tacón , pueden poner y quitar cremalleras, pueden ajustar unas botas, pueden añadir hebillas y otros elementos decorativos e incluso nos pueden teñir los zapatos.
Otra cosa que tenemos que tener en cuenta es NO utilizar el mismo par muchos días seguidos, debemos procurar alternar diferentes modelos. Esto evitará que el zapato se deforme en exceso y que nuestros pies sufran.
No olvidéis mimar a vuestros pies: un baño relajante de vez en cuando, una buena crema hidratante o una visita al podólogo nos ayudarán a mantener esta parte tan delicada de nuestro cuerpo en forma.
Muchas gracias por el post. Discrepo en el concepto "ético" de estas grandes marcas. En España hay muchísimos zapateros artesanales que usan productos respetuosos con el medioambiente y la salud siendo MUY ÉTICOS. Algunas de las empresas mencionadas en este artículo tienen varias subempresas con otros nombres y que no hacen calzado de este tipo en absoluto. Esto les permite hacer grandes campañas de lavado de cara con su marca "verde" y poco rentable.
ResponderEliminarFIRMADO: una consumidora de calzado ético artesanal
Gracias a tí por tus puntualizaciones. Sí, en España existen zapateros con producciones éticas; a lo largo de los años hemos ido decicándoles espacio en nuestro blog. La producción local nos importa mucho, porque, en teoría, tendría que ser la más accesible para nosotros. Nos interesa mucho esa mención que haces a empresas que más que calzado "eco" se dedican al lavado de cara. Te agradeceríamos que nos indicaras cuáles son, si quieres aquí o vía correo electrónico, para poder dar esa información a toda la comunidad naturótica, que construimos entre todos. ¡Gracias!
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